La diarrea neonatal afecta durante los primeros días de vida del lechón comprometiendo su desarrollo y poniendo en peligro la vida de los lechones lactantes. No solo afecta al rendimiento de los lechones, sino también al rendimiento económico de la explotación pudiendo suponer hasta una pérdida de 134€ por cerda y año con un 10% de mortalidad (Sjölund et al., 2014). Además, aquellos que sobreviven a la enfermedad, a menudo presentan un menor peso al destete, y menor GMD, pudiendo sufrir retraso en el crecimiento durante toda su vida productiva.
Dada la temprana incidencia de la enfermedad en los lechones, un buen manejo e higiene de las parideras son claves para el control de la enfermedad. Varias intervenciones preventivas y medidas de control se han empleado frente a la diarrea neonatal. Estas incluyen la vacunación de las cerdas durante la gestación para inducir anticuerpos séricos que más tarde serán transmitidos de la cerda a los lechones a través del calostro.
Si sus lechones en lactación sufren de diarrea neonatal persistente, es muy posible que Clostridium perfringens tipo A esté involucrado. La etiología es multifactorial, y una vez descartados los problemas de higiene y manejo, la causa más frecuente suele ser un agente infeccioso. Los principales agentes involucrados son Escherichia coli enterotoxigénico (ETEC) y Clostridium perfringens tipo A y C. En el 89,9% de las muestras analizadas de granjas con diarrea neonatal persistente, el patógeno C. perfringens tipo A fue identificado como posible agente implicado en el proceso, el 96% de los cuales expresaba la toxina β2. (Mesonero-Escuredo et al., Porcine Health Management (2018)). Actualmente Enteroporc Coli AC es la única vacuna del mercado que contiene los toxoides α y β2 frente a C. perfringens tipo A.
Enteroporc Coli AC
Inmuniza de forma pasiva a los lechones desde el primer día de vida, a través de la inmunización activa de las cerdas gestantes y nulíparas. Está indicada para reducir los síntomas y mortalidad asociados a cepas de E. coli que expresen las adhesinas fimbriales F4ab, F4ac, F5 y F6 y reducir los síntomas y mortalidad asociados a las toxinas alfa, beta1 y beta2 de Clostridium perfringens tipo A y C.