Salmonella se encuentra habitualmente en el intestino de aves y mamíferos sanos. En los alimentos, se detecta con mayor frecuencia en los huevos y la carne cruda de cerdo, pavo o pollo. Las infecciones por salmonella en el ser humano suelen ser de origen alimentario. Si bien la mayoría de estas bacterias Gram negativas son básicamente específicas de especie, algunas tienen el potencial de transmitirse a otras especies o al ser humano.
En concreto, Salmonella typhimurium (STM) presenta este potencial zoonótico, es decir, es capaz de infectar a varias especies animales y al ser humano. Este patógeno se ha ido extendiendo cada vez más en las granjas porcinas y hoy en día es la serovariedad detectada con mayor frecuencia.
Salmonella supone un verdadero quebradero de cabeza al que no se puede hacer frente con un enfoque sencillo ni único. Muchos intentos con una mejor higiene, una alimentación adaptada o el uso de ácidos han fracasado o han sido eficaces solo por poco tiempo.
Salmonella puede causar una enfermedad que cursa con signos clínicos y convertirse en un problema que ponga incluso en peligro la supervivencia de la granja. Cuanto mayor sea la adaptación de la serovariedad a la especie porcina, más graves son los síntomas. En la forma septicémica de la enfermedad, las bacterias penetran en el torrente sanguíneo de los animales infectados. Al principio, los signos clínicos son similares a los de la enfermedad de los edemas en los lechones, pero van acompañados de fiebre. Esta forma afecta sobre todo a los lechones destetados, pero también a los cerdos de cebo y a las reproductoras. Si la enfermedad adquiere un curso peragudo, pueden producirse muertes repentinas. En los casos agudos, zonas como las orejas, el morro y la pared abdominal se tornan moradas. Una respiración pesada y fatigosa apunta a una afectación pulmonar. La mortalidad puede superar con creces el 20 %. En muchos casos, se producen abortos en las cerdas gestantes.
Los serovares menos adaptados normalmente causan solo diarrea, principalmente amarillo-grisácea y acuosa. Si la transición se ve afectada, los signos clínicos pueden confundirse con los de la diarrea posdestete causada por E. coli. La forma intestinal crónica se caracteriza por una diarrea no específica pastosa o sanguinolenta. Otros efectos son la tos crónica y un mayor número de cerdos de bajo peso.
Conviene mencionar la diarrea por salmonella ocasionada por los tratamientos antibióticos de otras enfermedades, como las infecciones respiratorias. Estas diarreas aparecen cuando los animales infectados de forma latente por salmonella son tratados con un antibiótico al que la cepa concreta de salmonella es resistente.
La vacunación sistemática con una vacuna viva atenuada es una pieza clave para lograr una reducción eficaz y permanente de la presión de infección en toda la granja.
Para una reducción eficaz de la presión infecciosa de salmonella, lo ideal es vacunar tanto a las cerdas como a los lechones.
Salmoporc
Salmoporc es una vacuna viva atenuada para la inmunización activa de lechones a partir de los 3 días de edad con el fin de reducir los signos clínicos, la excreción y la invasión de órganos internos (ganglios linfáticos mesentéricos) tras la infección por cepas de Salmonella typhimurium de tipo salvaje.
Para la inmunización activa de cerdas con el fin de reducir la excreción de cepas de Salmonella typhimurium de tipo salvaje durante la lactancia. Por tanto, se reduce la posibilidad de infección de los lechones.