Susana Mesonero-Escuredo1, Joaquín Morales2, Raúl C. Mainar-Jaime3, Gonzalo Díaz2, José L. Arnal4, Carlos Casanovas1, Sergio Barrabés1, Joaquim Segalés5,6,7
1CEVA Salud Animal, 08028 Barcelona.
2PigCHAMP Pro Europa SL, 40006 Segovia.
3Departamento de Patología Animal, Facultad de Veterinaria, Instituto Agroalimentario de Aragón-IA2-(Universidad de Zaragoza-CITA).
4Exopol, San Mateo de Gállego, Zaragoza.
5Departament de Sanitat i Anatomia Animals, Universitat Autònoma de Barcelona.
6Centre de Recerca en Sanitat Animal (CReSA, IRTA-UAB), Campus de la Universitat Autònoma de Barcelona.
7OIE Collaborating Centre for the Research and Control of Emerging and Re-emerging Swine Diseases in Europe (IRTA-CReSA), Barcelona.
Vaccines 2021, 9(6), 567; https://doi.org/10.3390/vaccines9060567
Las enfermedades causadas por Escherichia coli son reconocidas como problemas importantes en la industria porcina, y una de ellas es la enfermedad de los edemas (EE). Es importante destacar que, con la disminución actual en el uso de antibióticos, puede ser difícil controlar los trastornos causados por esta bacteria.
El presente estudio evaluó la eficacia de una vacuna comercial contra la EE en cerdos de transición en una granja con antecedentes de la enfermedad. Se monitorizaron un total de 1.344 cerdos; la mitad de ellos fueron asignados aleatoriamente a un grupo vacunado (GV) y la otra mitad a un grupo no vacunado (GNV). La vacuna se administró a los 7 días de edad. Los animales recibieron un pienso de pre-iniciación (pre-estárter) con 2.500 ppm de óxido de cinc (ZnO) durante 2 semanas y un pienso de iniciación (estárter) sin ZnO durante las siguientes 3 semanas. Los pesos del grupo por corralina se registraron a los 28 (destete), 42 (final de la fase pre-estárter) y 63 días de vida (final de la fase de transición). Se calcularon las tasas de muerte/sacrificio, la ganancia media diaria (GMD) y la ingesta media diaria de pienso (IMD) para cada grupo en cada fase. El riesgo relativo de morir/ser sacrificado para un cerdo en el GNV fue 5 veces mayor que el del GV, siendo este 12 veces mayor durante la fase estárter. GMD y IMD también fueron significativamente más altos en el GV para ese periodo. La vacunación contra la EE redujo significativamente las bajas de cerdos y mejoró la GMD y IMD, particularmente cuando no se utilizó ZnO.
Introducción
En producción porcina los antibióticos se han utilizado habitualmente como promotores de crecimiento y para reducir la colonización de bacterias patógenas en el intestino. Sin embargo, su más que probable contribución al desarrollo de bacterias resistentes a los antibióticos1 llevó a la Unión Europea (UE) a implementar una prohibición total del uso de antibióticos como promotores del crecimiento en el ganado en enero de 2006 (Reglamento 1831/2003/EC sobre aditivos para uso en nutrición animal). Esta medida se aplicó por primera vez en Suecia y Dinamarca, lo que dio lugar a un aumento importante de la prevalencia de la diarrea posdestete (DPD) y de las tasas de mortalidad debidas a infecciones por E. coli2. La proliferación de esta bacteria puede causar una amplia gama de enfermedades en los cerdos, incluida la DPD y la enfermedad de los edemas (EE). La DPD suele asociarse con la proliferación de E. coli enterotoxigénica (ETEC)3. Este patotipo se caracteriza por la producción de enterotoxinas y adhesinas, ambas esenciales para el desarrollo de la enfermedad4. La EE es causada por un E. coli productor de la toxina Shiga (STEC), también conocido como EDEC (E. coli de la enfermedad de los edemas). Estas cepas producen la toxina Shiga 2e (Stx2e) y pueden poseer las variantes de fimbrias F18ab o F18ac5.
El tratamiento con antibióticos sigue siendo el enfoque terapéutico más utilizado para mejorar el estado de salud de los cerdos afectados con DPD y EE; la colistina es uno de los principales antimicrobianos utilizados hasta que se detectó el gen mcr-1, el primer gen plasmídico identificado que codifica para la resistencia a colistina6.
Otras estrategias asociadas al manejo del pienso que también se han considerado efectivas para controlar los brotes de infección por E. coli7:
- La restricción de la ingesta de alimento.
- La reducción de proteína cruda y energía digestible.
- Dietas altas en fibra y alimentación ad libitum de fibra.