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El control de la salmonelosis porcina es posible. El ejemplo de un caso clínico

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Dr. Karsten John

Veterinario de porcino. Sajonia-Anhalt (Alemania)




Una explotación de cerdas con autorreposición estaba afectada por un grave problema de diarrea en la fase de transición causado por Salmonella. Un adecuado plan de manejo asociado a la vacunación permitió controlar el problema. En granjas en ciclo cerrado, es clave establecer una vacunación que incluya las madres y los lechones para acabar produciendo cerdos de engorde libres de Salmonella.


El siguiente caso describe la situación en una granja de 2.000 cerdas en ciclo cerrado que trabaja en bandas cada 4 semanas con destete a 21 días. El nivel de higiene y el estatus sanitario son muy altos, la granja es libre de PRRS, APP, M. hyopneumoniae y ADV. Como ejemplo de estas medidas, cada una de las fases productivas dispone de una ducha independiente.

Las salas funcionan con un sistema todo dentro-todo fuera estricto, con pautas de limpieza y desinfección muy meticulosas que incluyen también la limpieza y desinfección de los pasillos después de cada movimiento de animales. El transporte de los animales se realiza mediante medios propios de la empresa.

 

En la granja se alojan abuelas para producir su propia reposición y F1 para la producción industrial. Los machos se alojan en instalaciones independientes.

 

Aparición del brote clínico

Durante los meses de verano, apareció en la transición de forma repentina una fuerte diarrea difícil de tratar que ocasionó graves pérdidas, generando mucha preocupación.

Se mandaron a analizar a un laboratorio 10 lechones con síntomas típicos, determinando que padecían Salmonelosis clínica producida por Salmonella Typhimurium. Al mismo tiempo, en los engordes se detectó un empeoramiento en la clasificación QS (que es el sistema alemán de categorización de explotaciones en función de la prevalencia de Salmonella). Lo mismo sucedió con la situación sanitaria de las reproductoras (sitio C), con el 30 % de animales positivos.

El engorde se ubicaba únicamente en 2 salas, lo que dificultaba la interrupción del flujo de infección.

La empresa estaba planeando construir una nueva instalación con 3.000 cerdas con autoreposición y cría de lechones, por lo que se necesitaba una intervención rápida para controlar la Salmonella (figura 1). La limpieza y desinfección fue revisada y optimizada repetidamente. Todos los posibles focos de persistencia de la bacteria fueron revisados (como, por ejemplo, los ventiladores) y se implementó un cambio de calzado entre las distintas fases de producción.

Se analizaron y resolvieron los puntos débiles de los pasillos de manejo. En la ubicación de la transición, se construyó una nueva nave (sitio B), para poder separar las primerizas del resto de la producción.

Figura 1. Estructura de la granja.

Establecimiento del plan vacunal

La toma de muestras de sangre en el muestreo del núcleo reproductivo (sitio A) demostró que la presión de infección era alta, especialmente en las cerdas después del primer parto (figura 2). En función de estos resultados se procedió a vacunar frente a Salmonella Typhimurium, inyectando de forma subcutánea a las cerdas a las 6 y 3 semanas antes del parto. El objetivo de la vacunación de las cerdas es reducir la excreción de Salmonella bajo situaciones de estrés (por ejemplo, al parto) y por lo tanto, el riesgo de infección de sus lechones lactantes. Las primerizas de la recría se vacunaron dos veces por vía subcutánea antes de la cubrición con el fin de tenerlas inmunizadas al mezclarlas con el resto de las cerdas y para reducir la excreción en casos de estrés, como es la entrada en producción. En los siguientes ciclos, las cerdas se pasaron a vacunar una vez a las 3 semanas antes del parto.

Figura 2. Alta presión de infección en las cerdas.

Debido a la alta incidencia de enfermedad en la fase de crecimiento y a que la inmunización pasiva a través del calostro de las cerdas solo puede proteger a los lechones hasta el destete, se tuvo que introducir una vacunación adicional de los lechones. El objetivo era prevenir la enfermedad con síntomas clínicos, pero también minimizar el riesgo de infección de los animales en crecimiento. La vacunación se realizó con una vacuna oral al tercer día de vida y la revacunación poco antes del destete. Se debe tener en cuenta que se debe evitar el uso de antibióticos sistémicos y orales en el periodo entre 5 días antes y 5 días después de la vacunación oral, puesto que la vacuna es viva y estos la inactivarían.


Inmunización de la reposición

La vacunación de lechones se mantuvo en todos los lechones durante seis meses. Posteriormente, se decidió continuar vacunando solo a las hembras destinadas a la propia reposición de la granja. Para prevenir un vacío inmunitario antes de entrar en producción, estas cerditas también se vacunaron alrededor del día 160 de vida. Además, también se les aplicó una vacuna de refuerzo antes de cada parto. Mediante estas medidas, la situación en la fase de crecimiento mejoró notablemente. Los animales ya no tenían diarrea y después de algunos ciclos, fue posible retirar las medicaciones profilácticas. Los exámenes regulares con calzas y muestras ambientales mostraron que la presión de infección en la fase de crecimiento se redujo significativamente. Tres años después de la aparición de los primeros síntomas, no se detectaron más muestras positivas a cepas de campo de Salmonella Typhimurium en fase de crecimiento (tabla).

 
 

El éxito sostenido de las medidas de vacunación en las cerdas jóvenes fue particularmente evidente en las instalaciones de nueva construcción. Esta se llenó con lechones vacunados 2 veces por vía oral que ya eran hijos de cerditas vacunadas de forma subcutánea al día 160 y de reproductoras vacunadas antes de cada parto. A pesar de que estas cerditas se habían criado en un ambiente con lechones positivos a Salmonella, la pauta vacunal y el alojamiento en una nueva instalación permitió de forma insospechada, producir lechones libres de Salmonella (tabla).

Cuando se llegó al punto en que todos los lechones de los distintos lotes de engorde ya estaban vacunados, ya no se detectó más Salmonella usando calzas y paños en las 19 salas del engorde. Desde entonces, las pruebas de seguimiento regulares también resultaron negativas. Al mismo tiempo, todas las cerditas de recría han ido entrando vacunadas. Las granjas de engorde han recuperado su categoría QS.


Enfoque integral, medidas a largo plazo

En la explotación descrita se consiguió una reducción de la presión de infección por Salmonella, que había llegado a causar brotes de salmonelosis clínica, mediante la implementación de medidas de higiene, manejo y vacunación. Finalmente, solo la interacción de todas estas medidas condujo al éxito. Es presumible que, para tener éxito en el control de Salmonella, las medidas tomadas deben instaurarse durante un largo plazo, que pueden llegar a ser de varios años, incluso en granjas con un alto nivel de higiene. También es posible que a lo largo de este tiempo haya contratiempos intermitentes en su control, sobre todo en granjas muy compartimentadas y poco estructuradas con un tráfico de animales y personal complicado.

Antes de iniciar cualquier medida de control de Salmonella, es importante poder medir los resultados en detalle mediante la detección de patógenos y diagnósticos serológicos en todos los niveles de producción. Esto también es importante para poder medir el éxito de las medidas implementadas. Todo el personal debe estar informado y sensibilizado sobre las pautas que se van a tomar. Es importante revisar regularmente la situación sanitaria de la Salmonella (al menos cada seis meses) y ajustar las estrategias si es necesario. Con la aplicación de la vacuna debe tenerse en cuenta que, al ser una vacuna viva, aparecerán resultados positivos a la cepa vacunal de Salmonella Typhimurium. También es importante que la aplicación de la vacuna en las cerdas sea por vía subcutánea estricta.

En conclusión, en combinación con medidas de higiene, la vacuna es una forma efectiva de proteger de la enfermedad clínica y también de reducir gradualmente la dinámica excretora de Salmonella. Para las granjas de ciclo cerrado, es importante establecer una cadena de vacunación que comience con la recría, cerdas y lechones lactantes con el fin de lograr animales libres de Salmonella al final del engorde.

 

Importancia de la reposición

La presión de infección de Salmonella aumenta cuando las cerdas de reemplazo han sufrido una infección previa; esta situación genera la aparición de animales portadores, que en este caso son reintroducidos a la granja. Bajo situaciones de estrés (reagrupación, parto, etc.), estos animales aumentan la excreción de Salmonella. Cuando la infección por Salmonella se establece en el sistema de producción, la presión aumenta con gran rapidez, especialmente en sistemas de ciclo cerrado con autoreposición. Puesto que habitualmente las cerditas de autoreposición se recrían en el engorde, la situación aún se agrava más.