Reposición
Las nulíparas son un elemento clave en la transmisión de enfermedades, ya que pueden ser amplificadores de las enfermedades a su entrada a granja.
Por otro lado, ejercen un importante papel en la mejora sanitaria de la granja al estar inmunológicamente activas.
- Por ello, es crucial realizar la monitorización de las futuras reproductoras en cada lote que introduzcamos en granja.
Lactación
El mantenimiento de una sistemática de trabajo en cuanto al movimiento de los animales en lactación es de vital importancia para prevenir la transmisión de enfermedades, debiendo evitarse en la medida de lo posible, tener animales de diferentes edades en una misma banda.
Transición
En la fase de transición debemos funcionar con el sistema Todo Dentro-Todo Fuera, ya que los flujos continuos hacen que coexistan animales de diferentes edades, dificultando el control de los procesos infecciosos.
Engorde
Durante el engorde hay que minimizar la variabilidad de edades, ya que la mezcla de diferentes edades favorece la recirculación de patógenos y la aparición de recidivas en todos los animales.
Control de condiciones ambientales
El control de las condiciones ambientales es el punto más complicado a nivel de campo, ya que, en muchas ocasiones, transmitir los conocimientos de control de ventilaciones y mejora de instalaciones es un cuello de botella en las granjas.
La temperatura de alojamiento es el primer punto en el que hay que incidir, ya que temperaturas bajas darán lugar a la presentación de procesos entéricos, seguidas de un aumento de susceptibilidad a procesos respiratorios.
Variaciones fuertes de temperatura traerán asociados factores estresantes de primer orden, capaces de ser el detonante de procesos respiratorios.
En lo que respecta a la ventilación, se debe evitar la aparición de corrientes de aire, pero al mismo tiempo, proporcionar la ventilación necesaria para evitar la acumulación de gases.
Gases como el dióxido de carbono, amoniaco, metano o sulfuro de hidrógeno a elevadas concentraciones dan lugar a una reducción del consumo de pienso, inflamación de la mucosa respiratoria y la aparición de procesos bacterianos secundarios asociados a Streptococcus spp., Staphylococcus spp., etc.
Limpieza y desinfección
Los procedimientos de desinfección pueden ser continuos o terminales.
La desinfección continua se realiza en sistemas de producción continua y su objetivo es minimizar la transmisión de infecciones dentro de la población porcina.
Siempre que sea posible, hay que asegurar un protocolo de Todo Dentro-Todo Fuera por módulos o salas para conseguir una buena desinfección.
El vaciado de la fosa cada vez que sacamos animales e introducimos nuevos es lo más recomendable para conseguir una mejor desinfección de la sala o módulo en sistemas de flujo continuo.
En lo relativo a la desinfección terminal, se efectuará cuando tengamos la posibilidad de hacer un vaciado total de la granja.
La limpieza exhaustiva de la nave con detergentes y desinfectantes, el correcto vaciado de los fosos con su correspondiente desinfección, un protocolo de desratización y desinsectación reglado y unos días de descanso de la nave sin introducir nuevos animales permitirán una mejora sanitaria global de la explotación (Crespo & Fuentes, 2021).
Refuerzo Inmunitario
Ser inmune implica estar protegido (etimológicamente “libre de carga”), por lo que conseguir una buena inmunidad de los animales es otro de los puntos clave para el control de enfermedades y la reducción de la necesidad de usar antimicrobianos.
No existen dos sistemas inmunitarios idénticos, por lo que el trabajo sobre la inmunidad individual de los animales resulta algo complicado en los sistemas de producción actuales.
Lo que se debe tener claro es que los protocolos de vacunación deben llevar unas pautas específicas que deben respetarse y adaptarse a la situación de la explotación donde se han implementado, es decir, cada granja funciona de manera independiente y, como veterinarios, debemos hacer un diagnóstico diferencial único de cada una de las granjas (Fariñas, 2016).