¿Qué sucede en la fase de cebo?
En cuanto a bacterias de importancia en el engorde, se describen sinergias con Actinobacillus pleuropneumoniae y con Mycoplasma hyopneumoniae. En infecciones experimentales se observa que, en animales coinfectados, el periodo de excreción vírica se ve aumentado y la clínica y las lesiones son más graves (Pomorska-Mol et al., 2017). El caso de M. hyopneumoniae es interesante ya que causa la misma lesión que el VIA (neumonía bronquiolointersticial) aunque el cuadro clínico suele aparecer en momentos distintos.
Pero, ¿qué sucede cuando la infección se produce por ambos patógenos? En dos estudios realizados por Deblanc et al. (2012 y 2016) se demostró que la gravedad de la infección del virus de la VIA era distinta en función del subtipo de gripe y de la preinfección por M. hyopneumoniae. En este estudio se usaron dos VIA distintos: un H1N1 y un H1N2. Se observó que el H1N1 por sí solo no era capaz de provocar sintomatología clínica ni lesiones graves, mientras que el H1N2, sí. En cambio, cuando la infección por los VIA se realizaba después de una primoinfección por M. hyopneumoniae, el H1N1 provocaba clínica y lesiones de la misma gravedad que el H1N2, mientras el grupo infectado por este segundo virus no presentaba cambios significativos con respecto al grupo de animales infectados solamente por H1N2. Además, la ganancia media diaria se veía significativamente reducida en los grupos coinfectados.
Posteriormente, se observó que M. hyopneumoniae predispone a una mayor inflamación con una mayor infiltración de neutrófilos y macrófagos, así como un claro incremento de la producción de citocinas proinflamatorias, lo que explicaría el cambio en la gravedad observada para el virus H1N1.
Finalmente, es remarcable que las explotaciones seropositivas a distintos subtipos de gripe tienden a presentar peores índices de lesión pulmonar en matadero (Fablet et al., 2018).
Interacción del VIA con otros virus
Existen estudios de coinfección en condiciones experimentales entre el VIA y el coronavirus respiratorio porcino (PRCoV, el circovirus porcino tipo 2 (PCV2) y con el PRRSV. El primer estudio (Lanza et al., 1992) muestra que la combinación de H1N1 o H3N2 con PRCoV no aumenta la gravedad del cuadro clínico ni de las lesiones. Tampoco se observa un impacto en el crecimiento de los animales en animales coinfectados si se compara con animales infectados con uno solo de los virus. Interesantemente, ambos virus se detectaron con menor frecuencia en animales coinfectados, lo que sugiere una posible interferencia entre ambos patógenos. En el caso del PCV2, tampoco se observa un efecto sinérgico con el VIA en cuanto a clínica, carga vírica o lesiones (Wei et al., 2010), aunque sí se ha asociado su presencia en explotaciones porcinas (Jiménez et al., 2014).
Un caso aparte es la coinfección con el virus del PRRSV. En un estudio realizado por Van Reeth et al. (1996) se observó que la infección de VIA después de haber infectado con PRRSV aumentaba el periodo de excreción del VIA hasta dos días más del periodo normal. Además, en parte de los animales coinfectados se observó un aumento significativo de la temperatura corporal y de los signos clínicos comparado con los animales infectados con un solo virus, además de retrasar el crecimiento de los animales coinfectados. Es complicado valorar si las explotaciones que presentan ambos patógenos sufren un empeoramiento de los parámetros productivos o sanitarios, probablemente debido a la elevada prevalencia de ambos y la dificultad de encontrar explotaciones infectadas con uno de ellos pero, si se tiene en cuenta los resultados de este estudio, es esperable que haya algún tipo de impacto.